miércoles, 21 de noviembre de 2007

El control de la Corporacion en barrios y centros de trabajos: Los agentes secretos de Cuba

Los agentes secretos de Cuba
Por Augusto Canales
Tomado de http://www.nuevaprensalibre.com/

Mucho se ha hablado de los métodos que utiliza la Seguridad del Estado en Cuba, para mantener una vigilancia en todos los organismos, empresas, intelectuales, a los cuales se les vigila mucho más, y personas en general. Es un engranaje meticulosamente diseñado y a sus integrantes se les da el nombre de “agente secreto”, “colaborador” cuando en realidad no son más que “chivatos”, “soplones” o “3333” como se les llamaba durante el gobierno de Fulgencio Batista y también en el Machadato.

Muchas personas han sido víctimas de estos individuos que pensando que hacen una labor social (es lo que le hacen creer), o simplemente por ganar méritos dan información al régimen, muchas veces inventando historias sin ningún tipo de escrúpulos con tal de ver a sus víctimas destruidas. Están también, los que inteligentemente se han valido de la chivatería para escalar puestos, y desde su alta posición hacer mucho más daño. La mayoría, cuando el agua les ha llegado al cuello, no han vacilado en cruzar el charco y esconderse en cualquier parte del mundo, por temor a ser descubiertos y ser juzgados. Uno de ellos me ha contado cómo funciona la maquinaria para captar agentes.

En cada organismo, empresa, centro de trabajo o estudio por grande o pequeño que sea hay un agente profesional encargado de la vigilancia de todo el personal, de la supervisión de todo lo que ocurre en el área. Ese agente, al que todos conocen, es el encargado con ayuda de la administración de buscar y encontrar al sujeto o sujetos que trabajarán para él. Algunas veces el agente es una mujer.

Cuando ya tienen elaborado el perfil del sujeto, generalmente personas ambiciosas, sin ningún tipo de posibilidad, personas que desean sentirse superiores, son llamados primero por la administración la cual hace un tanteo y posteriormente en reunión secreta con el agente, que demagógicamente apela a recursos como: de ti depende el futuro de la Revolución, los enemigos encubiertos nos hacen mucho daño, de conciencia, de espíritu revolucionario, de necesidad de desenmascarar a los contrarrevolucionarios, y de lo importante que será su aporte a la causa del socialismo. Generalmente el sujeto acepta, no tanto por los principios, unas veces porque sencillamente es un “chivato” por naturaleza, otras porque tiene miedo a negarse y que tomen represalias con él.

El sujeto acepta. En esa primera reunión se le asigna un nombre “Chucho”, que será su seudónimo, se le explica que las reuniones serán secretas, y se escoge un lugar, acto seguido se pasa a la parte principal, las personas a vigilar, los supuestos enemigos, digamos Juan, jefe de planta, Pablo, maquinista de tren, Néstor, liniero, o Julio, el contador. Todos ellos trabajadores honestos que para la Seguridad representan enemigos potenciales. Hay que ganarse la confianza de ellos, hacerse íntimos, investigar con quienes se reúnen, que ideas tienen, en fin todo lo más mínimo. Juan mordió el anzuelo, y lo quitaron de jefe. A Pablo le pasó lo mismo y no tuvo tanta suerte, fue a parar a la cárcel con Julio el contador. Y Néstor resultó ser otro Chucho que vigilaba al Chucho. El que me contó todo esto aún vive en Cuba, y tiembla nada más que de pensar en el derrumbe de la Revolución y que descubran que ha sido un chivato. Y les puedo asegurar que todavía hay muchos “Chuchos” encubiertos que continúan haciendo de las suyas, aunque también es cierto que hasta los propios agentes de la Seguridad, no las tienen todas consigo. El miedo es muy mal consejero.

Así son las cosas en el país que se dice ser libre y tiene a todos los ciudadanos encadenados y encerrados en una cárcel gigantesca, el país que no se cansa de acusar a otros gobiernos de no respetar los derechos humanos, el que cacarea día y noche que los “Cinco famosos héroes” prisioneros del Imperio han sido condenados injustamente. Tiene gracia, para el régimen de los Castro, los “Cinco” son héroes, ellos viajaron para defender a su patria, aunque fueron para espiar, no son espías ni enemigos, son “Héroes”. Sin embargo, en las cárceles cubanas hay muchos prisioneros políticos que por solo expresar sus ideas cumplen largas condenas y para los Castro son enemigos de la patria al servicio de los Estados Unidos. Y algunos estúpidos se lo creen.

Y a los cubanos, mucho ojo, con el que se sienta a su lado, el que almuerza en la misma mesa, tu mejor amigo, incluso tu novia, tu mujer o el vecino, que es un Chucho, un “agente secreto” y te está espiando... Y no es exageración.

Nota de Laz.- Por ello uno de los mecanismos mas efectivos contra los sistemas de terror es que la gente deje de sentirlo.

No hay comentarios: